ESTRATEGIA
Los fundamentos del Diseño Humano giran enteramente acerca de la estrategia. He estado enseñando Diseño Humano durante mucho tiempo, y he pasado por muchas etapas distintas en mi intento de educar a otros para que estos conocimientos resultaran de valor práctico para su aplicación en la vida diaria. Siendo el Diseño Humano una nueva ciencia emergente, hay una tremenda cantidad de información que necesita ser formulada para su verificación empírica. Al mismo tiempo, la vastedad del cuerpo de conocimientos representado por la síntesis del DH, atrae a la gente a sumergirse profundamente en el estudio y entendimiento de la tremenda complejidad de la que están hechas las mecánicas del Maya. Sin embargo, el Diseño Humano no trata de eso, ni es para eso para lo que ha venido al mundo. La vocación básica del Diseño Humano es la poder marcar una diferencia fundamental en la vida de cualquiera, literalmente. Esa diferencia comienza por el reconocimiento de que la evolución de toda la humanidad ha estado desde siempre orientada en su funcionamiento hacia una forma u otra de homogeneización. Es decir, que las normas y las leyes de nuestras sociedades gobiernan a partir de generalizaciones, sin tener en cuenta la impronta de diferenciación que hay en cada individuo.
Todo en el Sistema de Diseño Humano está vinculado al hecho de que vino al mundo en un momento en el que estamos abocados al paso más importante que podemos dar como especie, en términos de lo que es nuestro experimento de ser pasajeros conscientes de habitar la forma. Una vez trascendido el calvario de aprender a sobrevivir en el ámbito material de la vida - y eso es algo que obviamente a los humanos se nos ha dado muy bien - el paso siguiente es encontrar la trascendencia que nos lleve más allá de lo mundano. A lo largo de toda nuestra historia, la humanidad ha estado escuchando las diferentes llamadas a esta trascendencia.
Todos somos únicos. Todos y cada uno de vosotros, todos y cada uno de nosotros, somos todos únicos. Es lo primero a comprender acerca de lo que ves cuando miras el gráfico del diseño individual de alguien. Si miras a la rueda del mandala del Diseño Humano, veréis que contiene una paleta con 64 posibilidades distintas, la paleta del pintor donde se encuentran todas las pinturas que hay disponibles. Tenemos 64 variaciones arquetípicas distintas y, de hecho, lo que representan realmente son 64 combinaciones bioquímicas específicas a las que en genética se conoce con el nombre de 'codones'. Es decir, que todas las posibilidades de nuestro código genético están contenidas en esa matriz.
Vivimos en unos tiempos donde uno de los aspectos más comentados de las ciencias y tecnologías modernas son las actividades llevadas a cabo en el campo de la clonación. Piensa en la naturaleza de las células de las que se constituye tu cuerpo. Todas y cada una de esas células contienen en su núcleo exactamente la información necesaria para reproducirte en tu totalidad. Eso es, en sí mismo, algo fascinante, pero lo que es más fascinante todavía es que todas esas células no se dedican a esa labor. Si así fuera, nuestro organismo estaría explosionando a todas horas.
En su lugar, esas células tienen un foco que les hace concentrarse sobre una labor o función específica, aún cuando todas son portadoras de todo el potencial. De manera que tenemos células musculares y células sanguíneas, y tenemos células dedicadas a diferentes funciones porque todas obedecen a la impronta que las diferencia a unas de otras. Dicho de otro modo, si examinas la cadena de información bioquímica que representa el potencial de la totalidad, cada célula tiene una impronta de diferenciación que la enfoca sobre una función única.
De un modo similar, al examinar en el mandala los cálculos realizados para el diseño de un ser humano, se hace inmediatamente reconocible que - dada la limitación del número de activaciones que uno puede tener - no hay ninguna manera posible de que alguien llegue a activar ni siquiera una tercera parte de todos los potenciales que hay disponibles en la rueda bioquímica del mandala. Es decir, que si examinamos todas las combinaciones bioquímicas que hay disponibles en la matriz humana, parecería que hay una enorme cantidad de combinaciones de las que todos nacemos desprovistos. Pero eso no es más que una manera de malinterpretar lo que se está viendo.
Lo que el Diseño Humano nos muestra, en términos de un cálculo individual, es la impronta de diferenciación que nos distingue de los demás, como en la diferencia entre la célula muscular y la célula sanguínea. Lo que te muestra tu diseño es la impronta de diferenciación que recibiste al nacer, una impronta que te distingue de los demás y que te ayuda a no perderte en la diversidad de la totalidad.
Ahora bien, los condicionamientos homogéneos del mundo nos intentan arrastrar constantemente hacia una vida en la que tenemos que renunciar a nuestra diferencia individual y aceptar las condiciones y las formas impuestas por otros. Todo lo que consideras ser tú ha estado sujeto desde siempre a los condicionamientos con los que el mundo exterior intenta homogeneizarlo todo. Dicho sea de paso, que no es que eso sea malo. Lo malo es no tener conciencia de que eso es lo que está ocurriendo.
Hay dos aspectos fundamentales que convergen en la naturaleza de todo ser humano: tenemos una naturaleza innata y tenemos un potencial para recibir instrucción. Las instrucciones que recibimos (condicionamientos) nos vinculan a la totalidad de la especie. Al fin y al cabo, cada una de las puertas que no están activadas en tu diseño actúan como receptores para que esa información entre desde el exterior, y eso es lo que llamamos condicionamientos.
De modo que todas las puertas que están en blanco en tu diseño nos muestran una energía que estás atrayendo constantemente desde el exterior, simplemente porque tu diseño te hace ser receptivo a ese atributo arquetípicamente humano. Sin embargo, lo que importa realmente de tu diseño es la impronta de diferenciación que te hace único, y eso solamente lo podemos encontrar en tu definición.
Cuando alguien entra en contacto con estos conocimientos, lo primero que descubren acerca de sí mismos es que pertenecen a un cierto tipo, y lo primero que averiguamos acerca del tipo es que cada uno de los cuatro tipos tiene asociada una estrategia vital muy específica, una estrategia que se deriva de leyes mecánicas básicas y sencillas de comprender. De eso es de lo que trata el Diseño Humano en realidad.
El Diseño Humano trata de lo simple. Si la verdad no puede ser simple, con toda seguridad no puede tratarse de una verdad universal. Todo en la naturaleza de estas estrategias es que no sólo son simples, sino que están basadas en la evidencia empírica de miles y miles de personas que han experimentado con ellas en su vida.
Lo más importante de todo a la hora de entrar en contacto con estos conocimientos es hacerlo experimentando empíricamente con la aplicación de la propia estrategia vital. Cambiará tu vida, o al menos tu manera de percibirla, en el sentido de que te permitirá eliminar el poder que tienen tus condicionamientos para confundirte respecto a quien realmente eres, de modo que puedas vivir tu manera única de ser como el derecho natural que eso representa.
Si hubiera alguna forma de definir mi propia posición política, tengo que decir que yo estoy aquí para apoyar los derechos humanos individuales. No estoy hablando aquí de derechos humanos de índole social. No estoy hablando de los derechos de una minoría o de un grupo étnico. Mi posición no se define en esos términos. Insisto, una vez más, en que eso forma parte de la homogeneización y representa el nivel mundano del modo en que se desarrolla nuestra conciencia.
Cada ser humano nace disponiendo de su propia fuente de autoridad interna. De lo que yo hablo es del derecho natural de cada ser humano de ser su propia fuente de autoridad y hacer uso de ella. La razón de que operemos tan contra natura es que le permitimos a la razón que nos domine, pero nuestras mentes han sido condicionadas a través de los centros que están sin definir en nuestro diseño, lo que distorsiona el modo en que la mente toma las decisiones con cuyas consecuencias tenemos que cargar.
La naturaleza dualista de la mente, oscilando siempre entre los dos extremos subjetivos de su espectro, hace que para la mente racional sea prácticamente imposible saber objetivamente lo que es bueno o malo para la totalidad. Sin embargo, todos y cada uno de nosotros hemos nacido con una fuente de autoridad interna. Todos hemos nacido con una estrategia que nos permitirá realizar la cuestión más importante en esta vida; es muy simple - ser capaz de tomar decisiones correctamente siendo tú mismo.
Desde el momento en que comienzas a funcionar aplicando la estrategia de tu tipo, tomas contacto con una fuente de autoridad que te permite tomar decisiones siendo tú mismo y para ti. No importa cuál sea la circunstancia, ni tampoco con quién la estés compartiendo. Si sabes operar correctamente con las cosas a las que das entrada a tu vida, todo lo que tienes que hacer es experimentar con la aplicación de la estrategia que expresa tu autoridad natural.
He podido observar a lo largo de muchos, muchos, muchos años a seres humanos muy inteligentes perderse en el estudio de la verdad como una forma segura de evitarla. Tened precaución. El primer paso en el Diseño Humano es experimentar con tu estrategia. Es un paso esencial. En el momento en que comiences a experimentar con tu estrategia, comenzarás a ver que verdaderamente hay una autoridad fiable y consistente en ti, que sabe lo que es correcto para ti y que puede tomar las decisiones que hacen que tu vida funcione adecuadamente. Sabrás que ha llegado ese momento cuando no te queden ganas de cambiarla.
Original: Ra Uru Hu
Traducción: Alok Diaz